UN LUCHADOR ESPAÑOL EN EL “TOP TEN” DE MUAY THAI
Lo
que empezó como una afición adolescente por las artes marciales ha
terminado siendo para Carlos Coello, español de 25 años, un sueño
hecho realidad: ha llegado a ocupar el cuarto puesto entre los diez
mejores luchadores de muay thai del mundo y en 2016 aspira a
convertirse en campeón absoluto.
Recién
estrenada la mayoría de edad salió de su Cádiz natal rumbo a
Tailandia con lo puesto, acompañado por un fiel amigo que decidió
seguirle en una aventura que comenzaba con mucha ilusión, pocos
fondos y ninguna expectativa.
"Habíamos
buscado en internet un gimnasio en Tailandia en el que aprender muay
thai (boxeo tailandés) y a pesar de ni siquiera hablar inglés allí
que nos fuimos", cuenta el luchador gaditano en una entrevista a
Efe en Bangkok, ciudad donde reside.
Tras
un par de meses entrenando mañana y tarde "sin descanso",
Carlos consiguió que le ofrecieran su primer combate, con el que
pudo acceder a un buen manager y, más tarde, a una promotora, con la
que funciona desde 2013.
Su
tenacidad y fuerza de voluntad, además de un físico idóneo, le
llevaron a coronarse como el cuarto mejor luchador de ránking
mundial profesional de Muay Thai en 2015, tan sólo dos años después
de entrar en el circuito.
"Ahora
mismo soy el único europeo entre los diez mejores del mundo en la
categoría de 57 kilos (peso pluma), todos los demás son
tailandeses", explica a Efe.
Pero
el "gran reto" de Coello para 2016 es cumplir su sueño de
convertirse en número uno, que según la última clasificación
consultada ocupa el séptimo puesto mundial.
"Es
mi mayor prioridad y creo que tengo opciones", sonríe confiado.
El
pasado mes de marzo, durante el Campeonato del Mundo de Muay Thai,
celebrado en Bangkok, Coello ganó la plata mundial en la categoría
pro-amateur, lo que le sitúa "cada vez más cerca de poder
alcanzar la cima", admite.
Antes
de enamorarse del muay thai, siendo aún un adolescente, flirteó con
otras artes marciales como el "Wing chun" -defensa personal
china- o el "brasilian Jiu jitsu" -lucha de suelo
brasileña- en humildes gimnasios de barrio e inmerso en un mundo de
adultos.
“Al
final te das cuenta de que el muay thai es mucho más que un
deporte, es un modo de vida"
Carlos
Coello
Reconoce
que sus amigos se burlaban por su gran dedicación para con el Muay
thai -siempre fue el más flaco del grupo-, un deporte que exige una
formidable forma física y que al principio le infundía gran respeto
"por los golpes y el dolor", pero que se ha convertido en
su pasión.
"Al
final te das cuenta de que el muay thai es mucho más que un deporte,
es un modo de vida" asegura Coello, que dedica seis días de la
semana a entrenarse bajo una disciplina casi marcial, que excluye de
sus hábitos el tabaco, el alcohol y la mala alimentación.
"Nadie
ha llegado a lo más alto sin esfuerzo. Si quedarte en casa cuando
los demás salen de fiesta te duele más que la satisfacción de
convertirte en un profesional de esto no durarás mucho tiempo",
advierte.
Los
días previos a los combates la rutina diaria se recrudece con una
ingesta escasa de líquidos e hidratos de carbono, "la gasolina
del cuerpo", según Coello, para evitar el engorde.
Nada
de grasas ni azúcares y una buena ración de ejercicio físico "que
te haga sudar los kilos necesarios para no pasarte en el pesaje",
añade.
El
control de peso es una de los aspectos más importantes con los que
debe lidiar un luchador de muay thai, pues al ser éste el factor que
define las categorías, si en el momento de pasar por la báscula el
pesaje no es exacto, el jugador quedará descalificado.
"La
previa es casi más dura que los combates en sí. Yo suelo correr por
las mañanas con un chándal de plástico puro que me hace sudar lo
que no está escrito (...), pero se aguanta", explica.
Según
Carlos el Muay Thai cada vez tiene más seguidores fuera de
Tailandia, "no por el deporte en sí, sino por lo que implican
las artes marciales: una energía y espiritualidad especiales".
“Antes
a los tailandeses no les gustaba que los extranjeros nos metiéramos
en el muay thai, pero estamos cada vez más aceptados y las nuevas
generaciones vienen pisando fuerte"
Carlos
Coello
"Antes
a los tailandeses no les gustaba que los extranjeros nos metiéramos
en el muay thai, decían que no lo entendíamos, pero estamos cada
vez más aceptados y las nuevas generaciones vienen pisando fuerte",
añade.
En
el mencionado campeonato mundial de marzo, otro español, Pol Lloret
-de tan sólo 12 años de edad-, revalidó por quinta vez su
liderazgo mundial en su categoría.
El
triplete español lo completó la española de ascendencia magrebí
Iman Ghbalou, que se hizo con el primer puesto en la categoría
femenina amateur de 60 kilos.
"Es
una pena que con tanto talento como hay en España el apoyo de las
instituciones no acompañe", lamenta el luchador.
Carlos
explica que "aunque la Federación Española de Muay Thai acaba
de entrar en el Consejo Superior de Deportes (CSD) a través la
Federación Española de Kick Boxing, los luchadores que todavía
tienen que autofinanciarse para competiciones internacionales".
El
próximo 24 de abril el español participará en el Super Muay Thai,
una conocida competición que la cadena tailandesa Workpoint organiza
y televisa cada domingo, y en la que Coello se enfrentará a otros
tres países rivales -entre ellos Tailandia- y cuyo premio asciende a
50.000 bahts tailandeses (unos 1.200 euros).
Una
vez que llegue el momento de la retirada -habitualmente a partir de
la treintena- Carlos querría montar un gimnasio propio y enseñar a
otros jóvenes con sus mismas inquietudes.
"Una
vez que este deporte se te mete en la sangre es muy difícil dejarlo.
Se convierte en un estilo de vida, por eso no me veo haciendo otra
cosa", sentencia.
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